viernes, 18 de diciembre de 2009

Carta a los Reyes Magos

Queridos Reyes Magos:

Este año he sido muy bueno, he trabajado lo just
o y ayudado en las tareas de la casa, he tratado bien a mis gatos, les he dado agua y comida y he cambiado su arena regularmente, alguna vez se me ha olvidado, pero ellos han sido tan amables de recordármelo meándose en mi cama.

He conseguido que el armario de los tebeos no se caiga por su propio peso y que la pila de DVDs crezca con moderación.
He estudiado inglés y conseguido aprobar dos entrenamientos en ese idioma a pesar de ser incapaz de hablarlo con soltura.

He logrado engordar sólo dos kilos a pesar de tener que perder diez veces ese peso, pero a cambio no he hecho ejercicio ni pasado hambre.

También he conseguido mantener mi blog con una moderada actividad de entradas, aunque no lo lea casi nadie y no hagan comentarios.
Así que, de modo totalmente desinteresado y como recompensa me gustaría que me trajerais:


-Los DVDs de Dexter, Star Trek Espacio Profundo Nueve (a partir del tercero), la película de Slumdog Millonaire o las dos últimas del tito Clint.

-El cómic de María y Yo.


-Un reproductor BlueRay.
-Cualquier tomo del Batman de Neal Adams, de Carlitos y Snoopy o el de Dick Tracy. El tomo de Camelot 3000 tampoco me desagradaría.

-Un jamonero que impida que acabe otra vez en urgencias.


-Un jamón (para que el jamonero quede bonito).

-Una invitación a Spamalot (El musical).


Cualquiera de ellos me hará muy feliz e impedirá que cuando os vea en la cabalgata no sea yo el que os tire los caramelos a la cara.

También me podéis regalar cualquier cosa que se os ocurra y que consideréis que necesite o me vaya a gustar, a cambio prometo agradecerlo con una sonrisa y disimular mi decepción.

Un saludo y hasta el año que viene.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Top 10 de películas raras

Entiendo por películas raras aquellas en las que:

-No hay manera de entender de qué trata la historia.
-Se emplea recursos narrativos, estilísticos y/o temporales de difícil seguimiento para el espectador que dificultan o imposibilitan la comprensión de la historia.
-El argumento es demasiado complejo, enrevesado o contiene conceptos científicos, filosóficos o abstractos que se escapan al espectador poco experimentado.
-Sólo el director sabe lo que se oculta tras la película.
-El director y/o guionista abusan de las drogas.


De todas las películas que he visto yo seleccionaría las siguientes como las más extrañas o incomprensibles:

Inland Empire de David Lynch.
Vaya por delante que Lynch es uno de mis directores favoritos. Su nombre es sinónimo de rareza y excluyendo dos o tres películas de su filmografía (Una Historia Verdadera, El Hombre Elefante y, si me apuras, Dune) el total de sus films sólo pueden catalogarse como películas raras. Unas más accesibles, como Terciopelo Azul o Corazón Salvaje y otras bastante menos, como Cabeza Borradora, Carretera Perdida, Mulhollan Drive o el largometraje de Twin Peaks. Pero con Inland Empire la cosa se sale de toda escala. El propio Lynch ha contado, aparentemente en broma, que ni él mismo sabía lo que rodaba y que se limitaba a grabar imágenes según aparecían en su cabeza. La empanada mental toma tres horas de desaforado metraje en el que historias dentro de historias, personajes desquiciados y enfermedades de la mente (y el espíritu) zarandean al espectador dejándole extenuado y dudando de todo lo que ha visto (y de porqué lo ha visto).



Yo me tragué enterita Inland Empire y sobreviví

Donnie Darko de Richard Kelly.
Para empezar con esta película hay que entender que estamos ante un film de ciencia-ficción aunque pueda no parecerlo. Para comprender lo que sucede hay que estar al corriente de conceptos como Universo Tangencial y Universo Primario, Artefactos, Agujeros de Gusano, Paradojas Temporales y demás parafernalia científico-filosófica. Todo ello para narrar una historia de tierras paralelas y colapsos universales en las que nuestro heroe, Donnie Darko (atención a la aliteración de nombre y apellido típica de los superheroes), ha de sacrificar su vida para salvar el mundo. Extraña pero absorbente con momentos terroríficos (las apariciones de el conejo monstruoso) es una de mis películas favoritas en las que cada nuevo visionado aporta nuevas piezas a un puzzle en el que el director aparentemente ha escondido varias piezas.

La Ciudad de los Niños Perdidos de Jeunet y Caro.
La imaginación al poder en esta imprescindible cinta en la que a modo de cuento infantil se nos narra una fantástica historia sobre la inocencia infantil y los sueños. Plagada de ideas y conceptos repletos de sentido de la maravilla y con una narrativa frenética llena de extraños encuadres y primerísimos planos resulta francamente estimulante.



Brazil de Terry Gilliam.
El ex-Monty Python nos ofrece esta película de culto en la que presenta una distopía burocrática de la que nuestro protagonista, un impresionante Jonathan Pryce desea escapar, aunque sea sólo en sueños o, finalmente, en su propia locura. Atrapado en una trama kafkiana por la simple intromisión de una mosca verá su vida irremisiblemente arrastrada al desastre al intentar rebelarse de la monstruosa maquinaria burocrática y paranoica que dirige el mundo. Un montaje de vértigo y la imaginería típica del director dan redondez a esta extraña película.

Pi de Darren Aronofsky.
Una nueva incursión en la ciencia-ficción con conceptos filosóficos y morales como la representación numérica del nombre de Dios. Un personaje obsesionado por encontrar un sentido matemático a la vida y el universo que busca, curiosamente dado lo materialista que resulta, una fórmula matemática que prediga los movimientos de la bolsa se verá inmerso en una extraña conspiración cuando un grupo de místicos judíos le explique las resonancias matemáticas de la cábala. Rodada con cuatro duros en un opresivo blanco y negro y con un montaje de planos cortos que le dan un ritmo sincopado extremo y tan desquiciado como la psique de nuestro protagonista.

Primer de Shane Carruth.
Una de esas películas de las que tras el primer visionado nos queda la sensación de que alguien nos ha tomado el pelo pero que a medida que intentamos analizar lo visto nos damos cuenta de la complejidad que entraña. Si Pi se rodó con cuatro duros ésta lo hizo con tres y comparte con la película de Aronofsky varios puntos, aquí los protagonistas, unos geeks de la ciencia, descubren un singular método de viajar en el tiempo y poder enriquecerse invirtiendo en bolsa, cuando descubren que pueden cambiar aquello que no les gusta de su pasado la cosa se desmadra bastante. Resulta divertido escuchar los absurdos diálogos para besugos y pseudo-científicos de estos sujetos llenos de palabros sin pies ni cabeza y el curioso método para viajar en el tiempo que utilizan, básicamente encerrarse en un trastero respirando de una bombona de oxígeno. Originalísima propuesta que requiere de varios visionados para su perfecta comprensión (o no).

El almuerzo desnudo de David Cronenberg .
Otro director como Lynch cuya filmografía está llena de películas extrañas y retorcidas. Videodrome, Crash, Inseparable, Spider o Existenz son buena muestra de que lo suyo no son los films de corte clásico pero con esta adaptación del universo de Burroughs, típica película psicotrópica a la que sólo se puede acceder desde la simbología y las obsesiones del escritor y la peculiar visión del director.



"Creo que esta va a ser la última copa que me tomo hoy"

Cómo ser John Malkovich de Spike Jonze.
Con un guión del genial Charlie Kauffman del que han surgido no pocas películas extrañas y maravillosas como Adaptation, Human Nature o Olvídate de mi es una película en la que los elementos surreales y fantásticos se dan la mano para adentrarnos en un mundo en el que las ideas más absurdas se nos antojan plausibles. Divertida, irreal, romántica y terrorífica a partes iguales.

Corre Lola, Corre de Tom Twicker.
Su prólogo nos explica claramente lo que vamos a ver, una sucesión de momentos en los que las decisiones o hechos fortuitos pueden cambiar el destino. Al ritmo frenético con el que corre la protagonista asistimos una y otra vez a una carrera desenfrenada en la que pequeñas decisiones como saltar o sortear un obstáculo pueden decidir la vida y la muerte de los personajes. No es una película especialmente inaccesible pero sí que presenta una idea que sin ser especialmente novedosa (ahí está Atrapado en el Tiempo por ejemplo) sí que lo hace con una presentación y estructura original.

10ª Punch-Drunk Love (Embriagado de amor) de Paul Thomas Anderson.
Estamos ante otro director más que interesante poseedor de un universo propio lleno de personajes desquiciados y desequilibrados, a menudo obsesionados, ya sea por el dinero, el poder, el sexo o, como en este caso, por un ideal romántico de lo más retorcido. Siendo en apariencia una sencilla ¿comedia? romántica es en la rareza de los propios personajes, su comportamiento extremo, a veces violento, a veces patético, donde reside lo extraño de este curioso film. Con momentos ridículos, situaciones absurdas y diálogos sin sentido la película hace que sintamos simpatía por su trastornado protagonista y su particular historia de amor.

Hay, por supuesto, muchas más que podrían estar en este personal ranking: El ansia, Cronos, varios films de Greenaway, las películas japonesas de Tetsuo, Anticristo de Lars Von Trier, Irreversible... pero me quedo con las expuestas. La mayoría me han gustado, otras no pero todas son interesantes y proponen una visión diferente al cine que estamos más acostumbrados.


miércoles, 30 de septiembre de 2009

Tebeos en píldoras

La vida del lector de cómics es dura, hay que luchar contra la avalancha de novedades mensuales, los precios de los tomos, el espacio menguante en las estanterías y, sobre todo, la temible pila de cómics atrasados. Afortunadamente de cuando en cuando encontramos un rato entre el tiempo que dedicamos al PC, a ver películas y series y a vivir una vida más o menos convencional.

De los últimos cómics que he leído me gustaría destacar los siguientes:

El dulce hogar de Chi, manga realizado por Konami Kanata.

Con un dibujo sencillo que recuerda al de la genial Yotsuba! Estamos ante uno de los pocos mangas que se editan a color. Reconozco que siento debilidad por los gatos y que los mangas de corte humorístico-costumbrista como Shin-Chan me encantan, así que con esta serie disfruto doblemente. No se puede negar la originalidad de esta serie narrada desde el punto de vista de una pequeña gatita que tras perderse acaba en el hogar de la típica familia japonesa. Lejos de las burradas de la delirante Ebichu el humor de Chi es más familiar pero igualmente efectivo, si eres conocedor de los felinos no dejará de asombrarte la capacidad de la autora de explicar los comportamientos de los gatos visto a través de los ojos de la pequeña Chi.

Me pareció ver un lindo gatito


Invasión Secreta, escrita por Brian M. Bendis y dibujos de Leinil F. Yu.

El penúltimo mega-evento de Marvel empieza a dar muestras de que esto ya empieza a ser una fórmula, tras Dinastía de M, Civil War y, en menor medida, World War Hulk la consecución de saga tras saga sin dar tiempo a explorar cada nuevo status quo creado, empieza a cobrar factura a los lectores que como yo preferiríamos que se aprovechara cada cambio para crear nuevas historias en lugar de volver a machacar lo conseguido sin apenas desarrollarlo.

Invasión Secreta empieza bien, con una invasión de Skrulls a nuestro planeta no sólo desde fuera sino también desde dentro con numerosos agentes escondidos tras la identidad de todo tipo de personajes Marvel. En algunos casos resultan lógicos pero otros son bastante forzados y poco creíbles como el caso de Hank Pim, quizá lo mejor de esta saga sea recuperar a Pajaro Burlón un personaje al que cogí mucho cariño desde la ya clásica miniserie de Ojo de Halcón. También hay muertes, claro, pero ya sabemos que en los universos de papel las muertes nunca suelen ser definitivas.

Spiderman contra Spiderman


Supergirl, escrita por Peter David y con dibujos de Gary Frank y Leonard Kirk.

Planeta apuesta por el formato mega-tocho y publica completa la serie de Supergirl en cuatro tomos de más de quinientas páginas a un precio más que aceptable.

Soy de los pocos pirados que siguió esta serie cuando la “editó” la mexicana Vid en nuestro país, incluso compré algunos números por correo vía Argentina cuando desaparecieron del mapa. Y es que pocas obras de Peter David me suelen decepcionar.

Tomando de base la Supergirl creada por Byrne en la serie de Superman sin vínculo alguno con Kriptón pero con un ojo en la encarnación pre-Crisis y la personalidad de Linda Danvers, David se las ingenia para fusionar pasado y presente y dar forma a una nueva Supergirl vinculada con los ángeles y con continuas referencias a la mística judeo-cristiana. Sin renunciar al humor que le caracteriza la serie explora la psique de esta superchica que comparte alma con una joven más que problemática. Lastrado por los continuos mega-eventos de DC David se las apaña más que bien para contar lo que le interesa y presentar un amplio abanico de secundarios. El dibujo de Gary Frank en los primeros números resulta brillante con su mezcla entre Bolland y Davis y bastante menos rígido que en series más recientes, la sustitución por Leonard Kirk con un dibujo menos limpio y detallado no resta interés a una serie que, habiendo sido publicada durante más de ocho años podremos leer en apenas cuatro meses.

Supergirl contra, estooo, Supergirl

Capitán America de Brubaker y varios dibujantes.

El Capitán America es una serie que ha atravesado múltiples etapas de lo más interesantes pero que en nuestro país nunca ha tenido demasiado éxito probablemente porque se le vincula a una visión imperialista de Estados Unidos, nada más lejos de la realidad, el Capitán America que devolvío a la vida Stan Lee en el mítico Vengadores nº 4 es una persona desar

raigada y fuera de su tiempo que representa unos ideales que, probablemente, ya apenas existan excepto en una idílica versión del sueño americano.

El Capitán America de Brubaker, por otro lado, deja algo de lado estas cuestiones para centrarse en historias de puro espionaje o complejas conspiraciones de villanos. Tiene además el mérito de devolver a la vida un personaje como Bucky Barnes que llevaba más de cuarenta años muerto de un modo que no resulta risible. La serie, por otro lado, peca de un ritmo más bien lento y un abuso del decompressive que hace que los números se acumulen sin que aparentemente ocurra nada importante, pero que vistos en conjunto presentan numerosas tramas y puntos de interés. Es posible que en algún momento la serie de

muestras de agotamiento aunque, de momento, Brubaker está aportando una etapa que será histórica.

Capitán América contra... vale, me rindo

lunes, 21 de septiembre de 2009

Descanse en paz

Desde A eso digo: ¡NO! nos queremos sumar al recuerdo del recientemente fallecido Yoshito Usui dando constancia a través de esta entrada de nuestro luto y pena. Siempre le recordaremos con cariño como el entrañable autor de su obra más conocida, Crayon Shin-Chan, la cual se ha convertido para muchos en una parte imprescindible de nuestra cultura popular.


Descanse en paz, Usui-Sensei.

jueves, 20 de agosto de 2009

Películas clásicas que me marcaron

Hace muchos, muchos años, en televisión se emitía cine clásico... y en horario de máxima audiencia. Entonces sólo había dos canales y uno de ellos, que emitía en UHF (lo normal hoy en día) o se veía mal o no se veía. Eran los tiempos de Sábado Cine, La Clave, Primera Sesión, Mis Terrores Favoritos, Con “H” de Humor y Cine Club con sus ciclos dedicados a actores o directores. Ciclos maravillosos como los dedicados al melodrama, al musical, al cine negro o a Alfred Hitchcock que supongo no había género lo suficientemente grande para abarcarle.


Los que tuvimos la suerte de vivir está época pudimos disfrutar de lo mejor del cine clásico y, por qué no admitirlo, de lo mejor del cine. Algo a lo que directores, productores y guionistas actuales deberían mirar y sentir vergüenza de si mismos.


Eran tiempos más inocentes para mí, cuando todas las películas eran en blanco y negro porque no se emitía en color o, más tarde, porque un televisor en color era un lujo que tardaría en llegar a casa. Cuando hoy en día uno está ya curtido tras ver miles de películas es difícil que ir al cine se convierta en una experiencia nueva, que algo pueda sorprendernos, asustarnos y, mucho menos, impactarnos. Pero entonces, cada película se convertía en un momento maravilloso y las sensaciones que me invadían eran nuevas y profundas, en ocasiones dejando una huella que, a día de hoy, sigue imborrable.

No son todas pero sí las que mejor recuerdo.

“La mujer del cuadro” es todo un clásico del cine negro con un Edward G. Robinson que, habiendo nacido para encarnar a un gangster, en esta película era un pobre hombre enredado por la mujer cuyo retrato observa todos los días, así se verá involucrado en una oscura trama. La película se estrenó con el novedoso recurso de un cartel rogando al público que no revelase su final. Un final que, aunque probablemente no empleara una argucia original, sí que lo utilizaba como giro final inesperado. Y vaya si lo sería para mí que todavía lo recuerdo como una sorpresa.

Por favor, cuando vea la película no cuente a nadie el final

“Capitanes intrépidos” despertó en mí la pasión por las aventuras, historia de duros marineros con corazón de oro, todavía recuerdo la canción que Spencer Tracy cantaba a su joven pupilo pero lo que realmente me marcaría sería la escena donde Tracy encuentra su final.


Con “Furia” volvería a encontrarme con Tracy y Lang en otra impactante película en la que un buen hombre se ve arrastrado por las casualidades y es linchado por una jauría humana. El posterior juicio contra esa gente y una inesperada aparición hacen un maravilloso retrato sobre la humanidad y lo peor de ella.


“Caravana de mujeres” no soló significaría mucho para mí, se convertiría en todo un fenómeno social haciendo que en nuestro país se reprodujeran diversas “caravanas de mujeres” en busca de un marido. Es una película que recuerdo con especial cariño ya que mi padre, poco o nada aficionado a ver películas, la disfrutó como nunca había visto en él y se pasó días riéndose rememorando a “cara-caballo”.


“La invasión de los ladrones de cuerpos” no pude terminar de verla en su día pero la escena en la que las famosas vainas se abren expulsando cuerpos humanos copiados alimentó mis pesadillas una buena temporada, años después pude verla completa y descubrí que la película seguía resultando inquietante y aterradora.

Mucho me temo que no es una lechuga

Con “Los crímenes del museo de cera” me ocurrió algo parecido, cuando la vi me dio auténtico terror y todavía me acuerdo como intentaba ignorar la pantalla del televisor haciendo como que leía un tebeo. No sirvió de nada y aquella noche fue de pesadilla, para más inri todas las semanas viajábamos al campo y al pasar al lado de el Cerro de los Ángeles me encontraba con un cartel que anunciaba el museo de cera de Madrid lo cual sólo servía para despertar mis terrores nocturnos.


“La mosca” y “El increíble hombre menguante” son otras dos películas que el genial Narciso Ibañez Serrador tuvo el buen gusto de ofrecer en “Mis terrores favoritos” para mayor prejuicio de mi asustadiza persona. Si la escena de “La mosca” en la que la esposa quita la capucha a su mutado marido ya es terrorífica el final, con la mosca con rostro humano rogando por su vida, es para dejarle a uno hecho polvo. De “El increíble hombre menguante” no he olvidado la escena del gato o la de la araña.

"Cariño, no es lo que parece"

“Tarzán de los monos” con el único y verdadero Tarzan que nos ha dado el cine es otra película inolvidable. “Angawa” y “yuyu” siempre estarán en mi vocabulario. Tanto me gustaban las películas de Weissmuller que en una ocasión fingí encontrarme enfermo para no tener que ir a clase por la tarde y poder ver una de sus películas.


De "El asombro de Brooklyn" no puedo olvidar el día que la vi, un 24 F en el que, por razones que no terminaba de entender, las televisiones habían dejado de emitir su programación habitual y no había colegio “por si acaso pasa algo”. Afortunadamente no pasó nada tan malo como podía haber ocurrido y pudimos disfrutar de Danny Kaye boxeando al ritmo de El Danubio Azul.


De “Psicosis” poco hay que decir. La escena de la ducha ha alimentado las pesadillas de varias generaciones y, en mi caso, no fue menos. Aunque lo que realmente me marcó es la escena final con un Norman Bates recluido del que ya no queda nada excepto la desquiciada mente de su madre.


También la comedia dejó recuerdos inolvidables, “La fiera de mi niña” es una película modélica de principio a fin, aunque lo que yo más recuerdo es a Katherine Hepburn con el tigre equivocado mientras Cary Grant canta aquello de “todo te lo puedo dar menos el amor, baby”


Todo el mundo conoce a Chaplin, Buster Keaton o El Gordo y El Flaco pero quizá no todos conozcan a Harold Lloyd ya que sus películas (por una cuestión de derechos) no son tan emitidas. Sin embargo en mi infancia se emitió un programa llamado algo así como “El mundo de Harold Lloyd” que ofrecía un refrito de escenas de sus películas. Ahí me aficioné a este actor pero cuando emitieron un ciclo sobre él y pude ver “El hombre mosca” caí rendido. Creo que nunca me he reído tanto pasándolo mal.


"Ay, que me caigo" Ah, no, que esa era otra.

Afortunadamente para mí, cuando vi por primera vez “La semilla del diablo” no supe entender del todo su título (más bien el ridículo título con que se estrenó en España) y pude llegar al final sin prever lo que iba a ocurrir. Evidentemente la sorpresa fue mayúscula y la dichosa canción de nana de los créditos finales me daría no pocas noches de sudores fríos.


Finalmente no puedo dejar de recordar la malsana “¿Qué fue de Baby Jane?”, no he podido olvidar su perversa trama y lo retorcido de su desenlace. Una de esas películas que atraen por lo desagradable y enfermizo de sus personajes.


Cómo destrozar el final de una película desde la carátula de un DVD

Hay más, muchas escenas que han quedado guardadas en mi memoria como aquél hombre perseguido por una avioneta, ese otro que caía muerto tras una agonía después de que un supuesto oftalmólogo le pusiera unas gotas en los ojos, “ron, ron, ron, la botella de ron”, los niños clonados de Hitler, la chica cuya cabeza daba vueltas, el principio de una gran amistad, Rosebud, un cohete llamado Calabuch, la “probe” chica convertida en dama, la Estatua de la Libertad enterrada en una playa...



jueves, 16 de julio de 2009

CRISIS, WHAT CRISIS?

Si por algo amo los cómics de superheroes es por esa cohesión interna que tienen, formando un universo unitario con una continuidad y en el que los actos que ocurren en una serie afectan al resto.

Así los cruces entre series vienen siendo algo habitual desde hace décadas y no resulta extraño que Spiderman se codee con Lobezno o Superman se dé de tortas con Brainiac con una ayudita de el Detective Marciano.

Con la llegada de los grandes crossover o grandes eventos la cosa se magnificó y la plana mayor de cada universo superheroico se reunía para combatir grandes amenazas. Si bien en DC ya llevaban años reuniendo a los dos grupos más importantes de dos de sus universos (Tierra 1 y Tierra 2, pero eso viene luego), la Liga de la Justicia y la Sociedad de Justicia, no es hasta la llegada de la miniserie Contest of Champions, publicada en 1982, cuando se agrupase a prácticamente todos los personajes de una editorial, en este caso Marve,l en una historia. La miniserie no tuvo la repercusión esperada, posiblemente porque la historia no era gran cosa, pero su mayor defecto fue que lo que allí aconteció no tuvo ningún reflejo en las series de la casa.

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Esta es una manifestación ilegal, disuelvanse.
Tendría que llegar, un par de años más tarde, la maxi-serie de 12 números Secret Wars para inaugurar un nuevo tipo de mega-cruce de personajes en el que lo que allí ocurría afectaría a la mayoría de los personajes implicados. Así el mismo mes que daba su aparición la maxi-serie en casi todas las publicaciones de Marvel se podía ver cómo aparecía una especie de portal dimensional en medio de Central Park y allí se adentraban los personajes de cada cabecera. En el siguiente número de cada serie los personajes salían por la misma puerta por la que habían entrado con diferentes cambios tanto físicos (el famoso traje negro de Spiderman, por ejemplo) como mentales (Hulk volvía más salvaje que nunca). El porqué de todos esos cambios se vería durante los siguientes meses en las Secret Wars.

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¡Al ataquerl!

Las Secret Wars, pese a ser una historia entretenida no tuvo muy buenas críticas, la trama era sencilla en exceso y a lo largo de la serie prácticamente sólo eramos espectadores de diversas ensaladas de tortas entre héroes y villanos. Sólo se salvaba el personaje que había provocado todo, el Todopoderoso (Beyonder en el original inglés, nada de reminiscencias bíblicas) y el dibujo de un Mike Zeck que, por otro lado, no daba precisamente lo mejor de sí mismo, además fue sustituido por un mediocre Bob Layton en algunos números. A pesar de todo la serie vendió una barbaridad dando origen a una secuela y provocando la llegada casi anual de nuevos eventos que agruparían a todo el universo Marvel.

Mientras se publicaban las Secret Wars, DC Cómics empezó a editar la que sería, hasta el momento, la mejor gran saga superheroica jamás publicada: Crisis en las Tierras Infinitas. Dicen las malas lenguas que a Jim Shotter, por entonces editor de Marvel, le llegó la noticia de la futura publicación de tal evento y se puso manos a la obra para escribir sus Secret Wars y poder editarlas antes que DC sacara su propia maxi-serie. Visto los resultados no resulta descabellado pensar que así fue.

Crisis en las Tierras Infinitas fue guionizada por Marv Wolfman y dibujada por George Perez, una pareja que había llevado a Los Nuevos Titanes a la gloria, compitiendo en popularidad y calidad con La Patrulla X de Claremont y Byrne. A lo largo de varios meses y especialmente en la serie de los Titanes, se había podido ver a un misterioso personaje, ubicado en un satélite en órbita a nuestro planeta, acompañado por una joven y maquinando en las sombras. Aparentemente se trataba de un villano ya que una de las cosas que hacía era vender armas de alta tecnología a villanos, sin embargo en las Crisis descubriríamos la verdad. De todos modos todo hace pensar que los planes de Wolfman para el personaje eran muy distintos y que con las Crisis en perspectiva rehizo sus ideas convirtiendo a dicho personaje, El Monitor, en la fuerza motor de la serie.

http://usuarios.lycos.es/supergirl57/crisis7z.jpg
Que sí, que sí, que Supergirl a muerto. Y yo voy y me lo creo.

En aquellos tiempos el Universo DC era bastante caótico, no se trataba de un universo único sino de varios. Desde la mítica historia "El Flash de dos mundos" en la que el personaje de Flash de aquellos tiempos se encontraba con el Flash que DC había editado durante los años 30 ubicándolo en Tierra-2, una tierra paralela a Tierra-1 en la que sobrevivían los personajes de la Edad de Oro. Con los años irían apareciendo nuevas tierras paralelas como Tierra 3 donde los heroes de Tierra-1 eran villanos y Lex Luthor el mayor héroe del planeta, incluso existía una Tierra-Prima que sería nuestro propio universo. Además, con los años DC había ido adquiriendo editoriales y derechos sobre diversos personajes y los había ido ubicando en sus propias tierras paralelas. Así el Capitán Marvel y familia habitaba en Tierra-S y los personajes de Quality Cómics eran colocados en Tierra-X.

Todo esto sumado a diversos universos futuros, como el de La Legión de Superheroes, había vuelto el mundo los personajes DC en algo demasiado farragoso y complicado de abordar por los nuevos lectores. Wolfman utilizaría sus Crisis para hacer limpieza de universos y fusionar las múltiples variantes de los personajes en uno único, aprovechándose para hacer borrón y cuenta nueva con muchos de ellos y volver a narrar sus orígenes adecuándolos al nuevo universo (y público).

Crisis en la Tierras Infinitas podía haber sido algo ininteligible, pero gracias a las hábiles manos de Wolfman y al maravilloso y espectacular dibujo de Perez se convirtió en la mayor historia épica de superheroes jamás publicada. Mundos murieron y mundos vivieron y asistimos, atónitos y sobrecogidos, a la muerte de personajes históricos.

Tras las Crisis, John Byrne volvería a narrar el origen de Superman y se haría cargo de su cabecera, George Perez volvería a Wonder Woman a sus orígenes mitológicos, Frank Miller redefiniría el origen del Caballero Oscuro y Giffen y deMateis nos traerían la más divertida encarnación de la Liga de la Justicia jamás vista.

Sin embargo la labor de Wolfman tenía algunos puntos oscuros que no habían quedado del todo resueltos y personajes como Power Girl o La Cazadora habían tenido que reescribir toda su historia para encajar en el nuevo universo. Así se pudo ver que DC no había terminado de lograr su objetivo por lo que en años siguiente volvería a la carga con nuevas maxiseries como Hora Cero rompiendo, más que arreglando, el trabajo de Wolfman-Perez.

Tuvimos que esperar 20 años para encontrarnos con un nuevo cómic de DC con la palabra Crisis como título, así en la miniserie Crisis de Identidad somos testigos de otro tipo de crisis superheroica, aquella que no viene de grandes amenazas cósmicas sino de lo más profundo del alma humana. Así descubriremos que los impolutos heroes de la Liga de la Justicia no lo son tanto y que en el pasado llegaron a cometer auténticas aberraciones para salvaguardar sus propios intereses. Vemos que los villanos no son los payasos que algunos habíamos visto y que su depravación y maldad es mucho mayor de lo que pensábamos y descubrimos que la mente de los seres queridos de los héroes puede ser mucho más frágil de lo que podíamos imaginar.
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¿Otro muerto? ¿No será Supergirl por casualidad?

Las consecuencias de tan dramática historia afectaron a todo el universo DC que en los siguientes meses se volvió un sitio mucho más cruel y desagradable. Alguien tenía que poner remedio a eso y así llegarían las Crisis Infinitas, una maxi-serie preludiada por cuatro miniseries y varios especiales en la que algunos de los personajes que creíamos perdidos tras las primeras Crisis volverían para convertir el universo DC en un reflejo de sus deseos. Al final las cosas no salen tan bien y presenciamos el nacimiento de 52 universos paralelos que todavía hoy no han sido suficientemente explorados.

Tras estas Crisis Infinitas varios héroes desaparecen durante un año, DC edita entonces la enorme serie limitada de 52 números semanales en la que, en principio, se narraría qué sucedió con esos héroes durante todo un año. Al final la serie se convierte en algo totalmente distinto contando diversas historias con personajes más bien segundones del Universo DC y resolviendo deprisa y corriendo la tarea de descubrir qué hicieron los héroes ese año.

Al finalizar 52 llega Cuenta Atrás hacia Crisis Final, una nueva serie de 52 entregas semanales y diversas miniseries paralelas que lleva a unas nuevas Crisis, la Crisis Final, tal vez las definitivas a tenor del título (¿nos lo creemos?), que nos devolverán un nuevo y distinto Universo DC para la próxima década.

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No, si ya me extrañaba a mi.

lunes, 29 de junio de 2009

Cine de barrio



Era la sala de cine más grande del mundo, con un ancho muy superior al de las salas actuales contaba con un número de filas impresionante además del llamado “gallinero” con una treintena de butacas colocadas en gradas, la pantalla era un poco más estrecha que el ancho de la sala pero seguía siendo enorme y desde la primera fila hasta la pantalla había más de diez metros de separación que, en algunas ocasiones, se aprovechaba para montar un escenario donde se hacían presentaciones de eventos y algún que otro concierto.

Al contrario que las habituales salas de las capitales que anteriormente habían sido teatros y sido reconvertidas a cines, aquel cine de mi barrio había sido construido con tal finalidad.

Sólo se proyectaban películas los fines de semana y los festivos permaneciendo cerrado el resto de la semana, cada semana una nueva película que era sustituida a la semana siguiente por lo que no era raro que, ante algunos estrenos de relumbre, se colgara el cartel de no hay localidades. Las entradas eran todas iguales y no estaban numeradas por lo que se formaban unas colas enormes para lograr entrar los primeros y, cuando las puertas se abrían, la gente corría al grito de tonto el último para poder hacerse con el lugar preferido.

Había una gran barra de bar donde no se hacían palomitas y se dispensaban todo tipo de bebidas. En los baños una alarma avisaba que la proyección iba a comenzar y en mitad de la película, siempre en el momento más interesante, se interrumpía la película para un descanso en el que la gente aprovechaba para echar un cigarro en el descansillo. Algunos aprovechaban para cambiar de butaca evitando siempre al tipo cabezón que siempre llegaba tarde y se nos ponía delante.

Los domingos por la tarde había sesión infantil donde se podían ver películas de los Hermanos Marx y algún film de animación, los padres aprovechaban esa sesión para librarse de sus hijos que campaban a sus anchas por el “gallinero” bastante ajenos a lo que se proyectaba.

Había una cosa que llamaban “sesión continua” que significaba que, si no habían vendido todas las localidades, te dejaban quedarte en la sala y volver a ver otra vez la película.

Todavía se proyectaba lo que nosotros llamábamos “el NO-DO” que no era tal cosa sino algunos documentales y cortometrajes de lo más variopinto. Incluso se proyectaban algunas películas muy raras que llevaban el calificativo de “S” y que mis padres no me dejaban ver. Ir al cine era para mí todo un acontecimiento y, en más de una ocasión, pasaba toda la semana esperando el momento de entrar en aquel oscuro y maravilloso lugar. Así creí que un hombre podía volar, viajé por El Cairo en busca de arcas mitológicas, nunca volví a entrar en el mar sin buscar antes aletas en el horizonte, volé subido en una bicicleta acompañado de un pequeño alien, sufrí pesadillas con un horrible sujeto que llevaba un guante con garras y reí como nunca con Aterriza como puedas.

Con el paso de los años empezaron a surgir los multicines y aquel viejo y gran cine empezó a proyectar películas cada vez menos destacables, los estrenos de relumbrón no llegaban hasta meses después de su llegada a otras salas e incluso algunos fines de semana el cine había aparecido cerrado… y un buen día no volvió a abrir sus puertas. Allí permaneció durante varios años, un día sus puertas fueron tapiadas, otro el cartel con su nombre desapareció y, mucho tiempo después cuando ya había abandonado el hogar paterno y vivía en otra localidad, volví a verlo ahora convertido en un supermercado.

Hoy día incluso las salas de los multicines son cerradas sucumbiendo a las nuevas tecnologías y, en gran parte, por culpa de la pésima calidad del actual cine pero en aquellos años ir al cine era todo un ritual y un acontecimiento, los amigos y compañeros de clase comentábamos la película que habíamos visto ese fin de semana y muchas de ellas dejaban una huella imborrable en nuestra memoria.

Adiós, Cine "Las Margaritas”.

viernes, 29 de mayo de 2009

Más dura será la caída

Existe una fascinación por el ídolo con pies de barro, supongo que la envidia tiene algo que ver, pero nada resulta más atrayente que ver a una estrella caída.


Recientemente dos películas han devuelto a la palestra a dos actores que vivieron sus mejores días hace ya un par de décadas y cuyas carreras prácticamente estaban bajo cero.


La primera de ellas es “una del Van Damme”. Que yo a estas alturas de la vida vea una película de este actor no deja de ser singular, nunca he sido un admirador precisamente de las películas de “yoyas” y las de Van Damme concretamente no han despertado en mi el más mínimo interés. Creo que de toda su filmografía sólo había visto Blanco humano y eso por estar dirigida por John Woo.


Sin embargo en su última película, JCVD, encontramos a un sorprendente Van Damme. La película es una mezcolanza de comedia, film de robo con secuestro y drama biográfico presentando a un Jean-Claud Van Damme en horas bajas, realizando películas de ínfimo presupuesto en las que él se lleva casi todo y apenas queda nada para el film y dirigidas por niñatos aburridos, divorciado por enésima vez y peleando por la custodia de su hija (delirante el juicio), sin dinero para pagar a sus abogados y al que Steven Seagal le ha birlado su reentré en Hollywood. Para colmo de males se ve implicado en un robo con rehenes.


¡Van Damme actúa!

Lo mejor de la película son precisamente las escenas en las que vemos a un Van Damme acabado en lo laboral y el lo personal, tocado por las drogas y vapuleado por las mujeres pero simpático y dedicado con sus admiradores. Un tipo que se nos hace encantador y sincero sin atisbos de egolatría en busca de una redención que no llegará hasta el final del film.


La película es muy dinámica, con escenas narradas desde diversos puntos de vista, con tono ligero, numerosos flashback y alguna que otra ensoñación del actor. Sin duda el punto álgido es aquel en el que el actor, sólo ante la cámara, ejecuta un monólogo (probablemente improvisado) en el que desnuda su alma cara al espectador, la mezcla de lucidez, absurdo e ingenuidad sobrecoge en un momento de honestidad pura.


Realidad y ficción se dan la mano durante toda la película, con un ritmo rápido y momentos de gran comicidad (desternillante la escena del cigarrillo).

La interpretación del actor resulta sorprendente, haciéndonos preguntar si realmente Van Damme era tan mal actor. Francamente me encantaría volver a ver a este Van Damme, derrotado pero simpático en algún drama o comedia.


Por otro lado tenemos la laureada El luchador en la que un hipertrofiado Mickey Rourke encarna a una especie de alter ego en forma de luchador de wrestler. No podemos dejar de recordar la patética carrera como boxeador de este antaño seductor interprete.


Los paralelismos con su carrera son numerosos, actor y personaje vivieron una etapa gloriosa en los 80 de la que sólo quedan cenizas, su cuerpo acusa los años de pelea y los estragos de drogas y golpes y ,sin embargo, ambos están dispuestos a levantar su carrera y volver a ser el centro de los focos.


Oye Mickey, que dice Kim que le devuelvas la peluca que le robaste en el rodaje de 9 semanas y media.

La película es demoledora y no tiene piedad con un personaje que ve cómo apenas le quedan posibilidades de relanzar su carrera y que vive de su vieja gloria firmando autógrafos a cambio de dinero (la escena más dura de la película, cuando observa a sus excompañeros de gloria en sillas de ruedas o con sondas de orina) o en combates locales amañados. Para colmo sufrirá un infarto que, en principio, debería apartarle de la lucha.


Los combates, reales y sin dobles, muestran la crudeza de estas luchas coreografiadas en las que los golpes son auténticos aunque sus consecuencias puedan ser exageradas y sobreactuadas.


Al final, nos muestra a un luchador al que sólo le queda abrazarse a un último combate y su pequeño momento de gloria final.


Afortunadamente, tras Sin City, en esta El Luchador parece que Rourke puede dar más de una victoria aunque quizá su físico no juegue a su favor, tal vez otra estrella en horas bajas como Tarantino pueda sacar todo lo que aún lleva dentro este actor, mientras tanto nos conformaremos con volver a ver a Marv en Sin City 2.

lunes, 11 de mayo de 2009

Mi primera vez


Recientemente fui invitado a participar en la emisión de un programa de una radio local en la sección que tienen unas amigas. Decidí presentar el post “Cómo hacer una crítica de cine (sin haber visto la película) en once sencillos pasos” aunque intentando que fuera menos irónico y más didáctico ya que lo que expuse en él es efectivo aunque lo presentase como un texto humorístico.

Dado que es una emisora muy pequeña y su radio de acción bastante reducido dudo que mucha gente lo escuchase pero para mi fue una experiencia muy gratificante que no me importaría repetir.

He subido mi intervención para que podáis escucharme en toda mi ininteligible gloria, toda una muestra de problemas de dicción y pronunciación, aporreamiento de micrófonos, repetición de palabras y momentos de pausa producto del nerviosismo. En mi defensa diré que me noto bastante suelto y que teniendo en cuenta que no me limité a leer el texto del blog sino que sólo lo utilicé como guía, la cosa ha salido bastante coherente. La crítica de la película de Lobezno la preparé media hora antes en sólo cinco minutos utilizando para ello los créditos que encontré por la red y toda ella fue improvisada. Afortunadamente conocía al director del que vi hace poco “Tsotsi”.

Curiosamente, tras haber podido ver después la película, veo que la critica que hice coincide punto por punto con la realidad y que si tuviese que hacerla ahora no variaría demasiado.
Podéis escuchar el audio en este reproductor:
(Actualizado, no funciona el reproductor y no encuentro el dichoso audio en mi disco duro así que os perdéis una ocasión única de oir mi horrible voz)







miércoles, 15 de abril de 2009

A eso digo: ¡NO! (X)


Estoy harto de que se me cuelguen mis programas y la única solución sea cerrarlos sin guardar los cambios.

Estoy harto de que se me cierren los programas sin previo aviso.

Estoy harto de que cada dos o tres días me encuentre el ordenador con un pantallazo azul provocado por una incompatibilidad con un driver que he actualizado mil veces.

Estoy harto de esperar varios minutos a que arranque mi PC.

Estoy harto de esperar varios minutos a que se apague mi PC.


Y en caso de necesidad pues te instalas Windows dentro.

Estoy harto de que todas las aplicaciones imprescindibles sean de pago.

Estoy harto de que cada vez que instalo y luego desinstalo programas, mi disco duro tenga menos espacio.

Estoy harto de tener que buscar en la red los programas que necesito.

Estoy harto de que cuando todo va mal la única solución sea formatear el disco duro.

Estoy harto de este escritorio feo y aburrido.

Estoy harto de que con cada nueva versión de S.O. tenga que actualizar mi PC.



Kubuntu 8.10 con KDE 4.2, amarok 2 y compiz fusion. ¡WOW!


Adiós Sr. Gates, hola Sr. Torvalds.

martes, 31 de marzo de 2009

Píldoras cinéfilas

Lo admito, soy más bien un tipo hogareño. Dadme un sillón, algo para leer o una película que ver y soy feliz.
Aprovechando este fin de semana de repunte invernal he tenido la ocasión de ver varias películas, algunas recientes, otras no tanto, que paso a comentar.

En primer lugar la película de animación de Wonder Woman.
Resulta muy curioso que ahora que las películas con imagen real, basadas en cómics de superheroes tanto de Marvel como de DC, se hayan sacado varios films de animación clásica con personajes de sus respectivos universos. Mientras que las de Marvel, dos películas de Vengadores versión Ultimate, una de Doctor Extraño y una de Iron Man, son todas ellas de una calidad más bien escasa en cuanto a animación y algo más soportables en sus guiones por contra las películas de DC son bastante más destacables, desde el Batman anime a la deliciosa La Última Frontera y, en el caso que me ocupa, la película de Wonder Woman.



Peliculón animado

Mientras esperamos la llegada a la pantalla grande de una versión con actores del cómic de la Mujer Maravilla podemos deleitarnos con la que es, en mi opinión, una de las mejores adaptaciones de un cómic a la (pequeña) pantalla. Una película épica que auna lo mejor de la mitología del personaje y sabe emplearlo como imagen icónica despojándolo de un bagaje de décadas para centrarse en la esencia y las historias que, tras muchas reescrituras, queda como la mejor y más coherente. Con un dibujo de la escuela de Paul Dini que recuerda la inolvidable serie del hombre murciélago presenta algunos momentos gloriosos como el desembarco de las amazonas y la posterior lucha con el villano de turno. Tras ver esta película sólo podemos soñar con que sirva de ejemplo para la futurible versión en carne y hueso de Wonder Woman.

Despues pude ver La Ola, una película alemana de reciente factura. En los últimos años hemos podido ver varias películas de esta nacionalidad de lo más estimulante. De la frenética Corre Lola, Corre a la perturbadora El Experimento, pasando por las emotivas La vida de los otros o Los Falsificadores.
La Ola recuerda bastante a El Experimento y en ella podemos ver cómo el ser humano sigue estando al borde del abismo sujeto a sus más bajos instintos, basta un pequeño empujón para sacar lo peor del ser humano y convertirnos en fascistas sin miramientos por todo el que sea diferente o nos parezca inferior. Resulta curioso que ambas películas estén basadas en hechos reales lo que las hace aun más incómodas.

Todo esto ha pasado y ¿volverá a ocurrir?

Tras una película tan dura me hacía falta algo más ligero y superficial y le tocó a Saw V.
La saga de Puzle sigue enredándose y tras una cuarta entrega en la que la madeja parecía enredarse sin ir a ninguna parte aquí parece desenredarse lo suficiente como para parecer que los guionistas han encontrado una manera de continuar la serie al tiempo que se bucea en el pasado de Puzle y sus sucesores. Recordando cada vez más a la serie Cube volvemos a tener a un grupo de personas víctimas del villano redentor (como en la segunda entrega) al tiempo que se nos narran hechos pasados y se nos deja con un final totálmente abierto que deja abierta la puerta a una sexta entrega... y las que hagan falta. Puzle ha llegado como villano del siglo XXI a la sombra de los Jason, Michael Myers o Freddy y parece dispuesto a quedarse. Sólo para los que soportaron las cuatro anteriores.

Después de este mal rato llega el turno de otra gran película, The Visitor. Si ya en Vías Cruzadas pudimos apreciar el talento de Thomas McCarthy para crear personajes inolvidables y plenos de humanidad en The Visitor volvemos a encontrarnos con una historia de personas que se encuentran a sí mismas gracias a la influencia de otros con los que, en otras circunstancias, no tendría nada en común. Una película divertida a ratos pero trágica en su fondo que nos presenta la cruda realidad de los inmigrantes en el país de la libertad... ejem y que nos hace ver que el inmigrante es también un ser humano con sus sentimientos y penas. Especialmente destacable el papel de Richard Jenkins, eterno secundario en decenas de películas y series de televisión que encuentra aquí el personaje de su vida, nominación al Oscar incluida. Un director-guionista al que no hay que perder el rastro y un actor del que seguir disfrutando aunque sea como secundario de lujo.


Richard Jenkins aprenderá a tocar el djembé... y mucho más.

Ahora es el turno de El Curioso Caso de Benjamin Button. Lanzada como aparente triunfadora en la carrera de los Oscar sucumbió ante la maravillosa Slumdog Millonaire y, tras verla, es perfectamente comprensible. Donde Slumdog era alegría y esperanza Benjamin Button es tristeza y melancolía. Una película que con un hilo conductor puramente fantástico no deja de ser una visión romántica y trágica del amor y la muerte. Un relato lleno de magia que no da respiro al espectador con una continua sucesión de momentos dramáticos con la muerte siempre alrededor del curioso Benjamin Button. Una película que quizá no deje satisfecho pero que al menos nos hará reflexionar sobre lo breve de la vida y cómo hay que saber vivir cada etapa de ella en su momento correcto.

Tocaba ahora recordar una película de hace unos años que en su día me gustó mucho y de la que esperaba mantuviera todo su encanto y no me sentí decepcionado. Fresa y Chocolate sigue siendo una película fresca, valiente y emotiva. Jorge Perugorría borda su personaje de gay dotándole de una fuerza y delicadeza llena de contrastes.
En realidad quise volver a ver esta película como prólogo a El Cuerno de la Abundancia dirigida por Juan Carlos Tabío que co-dirigió Fresa y Chocolate junto al llorado Tomás Gutierrez Alea. Si bien ambas películas son radicalmente distintas, en El Cuerno de la Abundancia encontramos diversos guiños y referencias a Fresa y Chocolate que la hacen aun más curiosa.

Hay un momento en el que se encuentran Bernardito (Perugorría) y Jacinto (Vladimir Cruz) en una escena que separa ambas películas catorce años. Vladimir le regala a Jorge una botella de Whiskey de la misma marca que el personaje de Perugorría ofrecía a Cruz en Fresa y Chocolate. También es muy destacable la escena en la que Bernardito recrimina a su padre haber echado a su hijo Diego de casa por gay y que tuvo que salir del país por ello, en clara referencia al personaje de Diego que encarna Perugorría en Fresa y Chocolate. Sabemos así que Diego y Bernardito son hermanos (¿gemelos?) y el destino final del primero.
Por otra parte la película siendo bastante divertida está lejos de la perfección y su similitud con Bienvenido Mr. Marshall no es casual (homenaje incluido en forma de cartel de cine), especialmente hilarante los momentos de coitus interruptus de Bernardito que nunca puede consumar el acto sexual ni con su esposa ni con su acosadora prima.

Catorce años después Vladimir devolverá la botella a Perugorría

Un fin de semana especialmente productivo.

lunes, 23 de marzo de 2009

Lo mejor de las daily strip

Las daily strip o comic strip ya no son lo que eran, de los tiempos en los que ocupaban páginas enteras de los periódicos y suplementos a color los dominicales se ha pasado a pequeñísimas viñetas semiocultas entre el horóscopo y el pronóstico meteorológico; al menos en E.E.U.U., porque aquí hace años que la cosa ha ido a peor y prácticamente sólo existen un par de viñetas cómicas y una única tira en unos pocos diarios y por lo general sólo de contenido político, los domingos mejora un poco la cosa pero tampoco es para tirar cohetes.


Y sin embargo las daily strip siguen ahí gracias a las recopilaciones en álbum donde cobran todo su sentido y brillan con luz propia.



Los tiempos de las sundays a color en tamaño tabloide ya pasaron

Desaparecido Calvin & Hobbes otras tiras cómicas has dado el relevo, las tiras de aventuras aún siguen ahí pero el bajón de calidad ha sido muy acusado y los comic-book han sido el siguiente paso natural para ellas. Sin embargo el humor todavía funciona y a pesar de la limitación de unas pocas viñetas los autores siguen manteniendo un elevado nivel en los gags e incluso pueden dar una trama más o menos continuada durante varios días.
Del humor algo blando e inocente de Mutts pasamos al gamberrismo animal de Get Fuzzy con una nueva vuelta de tuerca al esquema dueño-perro-gato que parecía agotado en Garfield. La maldad del gato Bucky B. Katt sirve de contraste a la bonachonería del perro Satchel Pooch. para desesperación de su dueño, Rob Wilco, fiel reflejo de Darby Conley autor de la tira que demuestra conocer al dedillo el comportamiento animal utilizándolo con certeza para la creación de gags hilarantes.
Mucho más pasado de vueltas es la hilarante Liberty Meadows donde una alocada serie de animales antropomórficos sirven de apoyo a los patéticos avances amorosos de su veterinario con la psicóloga animal del parque donde conviven. Humor bestial (nunca mejor dicho) y los preciosos dibujos de Frank Cho en una serie que no hay que perderse.

Todos amamos a Brandy


Ciudadano Can es otra peculiar visión de las funny-animals con bastante cinismo y mala baba.
La ya veterana Zits sigue asombrando por su capacidad de retratar el mundo adolescente sin caer en la monotonía o la autocopia.


Pocas veces se ha plasmado el mundo adolescente con tanto acierto como en Zits

Y no podemos dejar de lado las tiras clásicas, las magnificas ediciones de Popeye, Krazy Kat o Carlitos y Snoopy no pueden faltar en nuestra comicoteca. Y ya puestos, recuperar a los grandes de la tira "para adultos" como el Spirit de Eisner, el Tarzán de Hoggart o el imprescindible Príncipe Valiente de Foster.
Creo que actualmente vivimos un buen momento en la edición de strips y mientras esperamos una edición decente de Li'l Abner o Pogo la oferta no deja de ser amplia e interesante.

martes, 17 de marzo de 2009

A eso digo: ¡NO! (IX)


Vuelve el video-cutre.

Cuando el video hizo su aparición en los 80 implicó toda una revolución, hasta el momento la gente veía los estrenos de cine en las salas y luego se dependía de la televisión para que, cuando creyeran oportuno, volvieran a emitir esas películas. Eran los tiempos en los que sólo existían dos canales y la oferta era más bien escasa. Lo que más se veía era cine clásico cosa que, vista en perspectiva, hemos de agradecer los que gracias a ello pudimos desarrollar una aceptable cultura cinéfila.

Con la llegada del video todo eso cambió, los estrenos más recientes llegaban a los estantes del video-club apenas seis meses después de su estreno. Para los que vivíamos en grandes poblaciones con buenas salas de cine ya era un logro, pero para las pequeñas localidades en las que ni siquiera existía un cine la llegada del video-club supuso toda una revolución.

Si bien los video-club solían surtirse de estrenos más o menos recientes, en ocasiones se podían encontrar clásicos e incluso películas pertenecientes a los circuitos de V.O. (aquellas llamadas de "arte y ensayo"). Sin embargo el público pedía más y poco a poco empezaron a aparecer películas de serie B, serie Z, telefilmes e incluso rodadas para ser estrenadas directamente en video. Llegaba el video-cutre.

Películas "de karatekas", subproductos de Charles Bronson o Chuck Norris, terror-caspa. Todo valía para satisfacer los paladares menos exigentes.

La llegada del DVD significó una nueva revolución: una calidad de imagen y sonido inimaginable para los fanáticos del video, un formato duradero y sin pérdida de calidad tras múltiples visionados, menor tamaño del soporte... todo ello llevó a la aparición del coleccionismo. Mientras algunos habíamos acumulado videos grabados de la TV y alguna que otra película comprada, la mayoría se había limitado al alquiler y visionado sin afán coleccionista. El DVD cambió esto, los cinéfilos comprábamos películas por primera vez. La oferta ha sido impresionante, desde clásicos mudos al último estreno de cine, desde cine independiente a cine patrio.

¿Y los video-club? Una vez pasado del formato analógico al digitalel proceso fue el mismo que con el video. Primero llegaron los últimos estrenos en masa, algún clásico, algo de anime y, por desgracia, volvió el video-cutre. Películas que nunca se estrenaron en nuestro país tras su fracaso en las salas de su país de origen, la enésima producción japonesa o coreana de terror asiático, telefilmes camuflados como grandes producciones, películas rodadas para su estreno en DVD, serie B, serie Z y mucha, mucha caspa.



¡Guau! la última peli de Michael Feifer. Y con Benjamin Pitts, Brent Fidler, Cherish Lee y Nick Mathis. ¡No me la pierdo!

No resulta extraño encontrar en los estantes de los video-club películas como una cuarta o quinta entrega de American Pie, la segunda parte de Despedida de soltero (¿¿¡¡??) o extrañas películas con numerosos premios en festivales celebrados en pueblos de la América profunda.

Ahora el futuro es el Blue-Ray y, de momento, los estrenos en este formato están siendo de producciones recientes de mayor o menor éxito en salas y alguna que otra película de los últimos años pero no nos engañemos, dentro de poco el video-cutre llegará al Blue-Ray y podremos disfrutar de la última de Chuck Norris en alta definición y sonido sorround 7.1.

El último pelotazo de Chuck con la mejor calidad de imagen y sonido.


viernes, 27 de febrero de 2009

Las mejores series que nadie ve (V): Rescue me



Emitida su primera temporada por Fox hace años tuvimos que esperar a la llegada del nuevo canal TNT para poder ver la segunda y tercera temporadas (de seis hasta el momento).

Creada por Peter Tolan y su principal protagonista, un inmenso Denis Leary, puede parecer, tras visionar su primer episodio, que nos encontramos ante una nueva serie de equipos de emergencia al más puro estilo Urgencias o Turno de guardia, surgida tras el 11-M y para mayor gloria de los heroícos bomberos. Nada más lejos de la realidad, Rescue Me es una serie puramente dramática con toques de humor de lo más gamberro sobre un equipo de bomberos de Nueva York cuyo cociente intelectual sumado no llega a las tres cifras.

Y es que si por algo destacan los protagonistas de la serie es por ser personas sencillas con grandes problemas.

Empezando por Tommy Gavin (Denis Leary) que perdió a varios compañeros y amigos en la caída del WTC incluyendo a su primo Jimmy Keefe que se le suele aparecer para echarle en cara el desastre que es
. Su vida desde entonces ha ido en caída libre con problemas con su mujer, alcoholismo y abuso de drogas además de cargar con su padre, un recuperado Charles Durning para la pequeña pantalla y el mejor amigo de éste, un gordinflón inutil.



Nuestro irlandés borracho y narizotas favorito

El resto del equipo no le va a la zaga, la mujer de su jefe tiene Alzheimer, el novato de la plantilla, Mike Silleti, tiene tendencia a caer en relaciones homosexuales a pesar de no ser gay (o quizá sí), Lou Shea descubre su vena poética para desespero de su esposa y mofa de sus compañeros, Franco Rivera pagará su promiscuidad con la llegada de una inesperada hija, Laura Miles sufrirá el machismo de sus compañeros y Sean Garrity... bueno, bastante tiene con ser bobo de solemnidad.

Ningún personaje se salva, Tommy Gavin es un cúmulo de vicios y su carácter violento le traerá más de un problema, el resto de personajes son mezquinos, envidiosos, machistas, crueles o imbéciles, pero también son valientes y llenos de compañerismo. Pocas veces he visto un mejor retrato del ambiente laboral de la clase obrera.



El mayor grupo de inútiles que ha tenido el cuerpo de bomberos

A pesar de su dramatismo la serie tiene grandes momentos de comedia provocados generalmente por las burradas del equipo. Inolvidable la escena en la que Franco se coloca una anilla en el pene y tras una erección sufre un estrangulamiento del miembro que liberan sus compañeros ¡con una radial!.

Si bien la serie está ambientada en un parque de bomberos las escenas de acción son escasas y no es raro que apenas se vea un incendio en unos pocos episodios. Prima el drama y la caracterización de personajes todo ello de un modo adulto, con frecuentes escenas de sexo y violencia.